Auto-masaje.
AUTOMASAJE
En estos tiempos de estrés y prisas continuas, tomarse unos minutos diarios para dedicarse a sentir el propio cuerpo puede proporcionar un gran bienestar y un buen momento de relax. Aprender a aplicarse masajes uno mismo es una buena forma de ayudarse a ganar en calidad de vida y en salud.

¿En qué consiste?
Como su nombre indica, es un masaje realizado por uno mismo. Consiste en amasar nuestro cuerpo con maniobras más o menos intensas, dependiendo de las zonas corporales y molestias que tengamos. Cuando encontramos un punto doloroso debido a una contractura, respiramos y mientras presionamos exhalamos.
El auto-masaje, si bien puede llevarse a cabo valiéndose de instrumentos como bolas de madera, rodillo, toallas, etc., hacerlo con la sola ayuda de nuestras manos nos ayudará a conocer nuestro propio cuerpo.
La variación de sensibilidad, de calor y de grosor en la piel y tejidos musculares, según la zona del cuerpo, hace que explorarlo sea una experiencia muy relajante.
Cómo y dónde hacerlo
Para realizar el auto-masaje podemos hacerlo sin aplicar nada en la piel, simplemente realizando presiones buscando puntos dolorosos para relajar la zona.
Pero también podemos aplicar algún tipo de crema o aceite para el mejor deslizamiento de las manos, y realizar movimientos circulares amasando todos los músculos del cuerpo, eliminando así las tensiones que podamos tener.
También podemos realizarlo de la misma forma pero en la ducha con agua caliente, siendo especialmente relajante al llegar a casa después de una dura jornada de trabajo o estudio.
Los beneficios del auto-masaje son varios, pero principalmente ayuda a superar contracturas y tensiones en cualquier momento del día, mejora la circulación a aquellas personas que se pasan el día sentadas, o a personas que pasan muchas horas de pie, previniendo las varices, piernas cansadas, activando la circulación de retorno haciendo pasos ascendentes como si quisiéramos vaciar una manguera de agua presionando en brazalete en dirección al corazón.
El masaje ha de realizarse siempre siguiendo un orden, por ejemplo, de abajo para arriba si es al comenzar el día, para mejorar la circulación siempre hacia el corazón, favoreciendo el retorno.
Los Pies
Es posiblemente una de las zonas más maltratadas de nuestro cuerpo, pero también es una de las zonas más agradecidas y relajantes
El masaje en los pies consiste en realizar movimientos envolventes con las dos manos y hacer presiones sobre la planta del pie.
No olvidar masajear el espacio que hay entre los dedos y girarlos suavemente, para desentumecer las articulaciones.
También debe realizarse un masaje en la planta de los pies.
No olvides que, según la Reflexología Podal, las plantas de los pies representan de forma refleja todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo.
Agarra con una mano las puntas de los dedos, y lleva la otra desde los dedos hasta el empeine, masajeando con el pulgar la parte superior del pie, y con los demás dedos la planta del pie.
Presiona suavemente entre los dedos de los pies, lo que te ayudará a desentumecer las articulaciones de los mismos: notarás rápidamente su beneficioso efecto.
La planta de los pies es sumamente agradecida a la hora de propociarle un automasaje. Las zonas de la planta del pie que se apoya directamente en el suelo debe ser tratada con especial aplicación.
Las Piernas
Empezaremos el masaje haciendo movimientos circulares primero con palmas y luego introduciendo un poco los dígitos de los dedos y amasando la zona del gemelo, presionando un poco más en aquellos puntos donde notemos más tensión.
Coloca ambas manos sobre el gemelo de una pierna, una más arriba que la otra, de forma que puedas mover las manos realizando un movimiento alterno ascendente sobre la musculatura de esta zona de la pierna.
También puedes dar un poco de movimiento ascendente y descendente a tus manos según llevas a cabo el movimiento circular sobre la zona gemelar. De esta manera el masaje actuará de una forma más amplia y profunda.
Iremos subiendo hasta la zona del muslo y realizaremos la misma operación, siempre en sentido ascendente.
El mismo movimiento circular de amasamiento lo aplicarás después sobre el muslo, tanto la parte superior como la inferior.
Notarás enseguida el efecto liberador del masaje sobre toda la musculatura del muslo, no importa si eres deportista como si llevas normalmente una vida sedentaria: en ambas situaciones el masaje surtirá el efecto deseado.
Abdomen y Torso
Sobre el abdomen realizaremos amasamientos y fricciones, pero siempre en el sentido de las agujas del reloj. Esto relajará el abdomen.
No es necesario apretar mucho para realizar esta parte del automasaje. Esta sencilla forma de exploración abdominal te servirá además para ayudar a la movilización de los gases que puedan encontrarse retenidos en la cavidad abdominal.
Para la zona lumbar conviene frotar con fuerza con el dorso de las manos, haciendo presión en dependencia de la masa muscular de cada uno con los nudillos.
Principalmente con el dorso de las manos, pero igualmente con la punta de los dedos, como se muestra en esta imagen, ayudan a liberar las fuertes tensiones que habitualmente se acumulan en la zona lumbar.
Hombros, Brazos y Manos
Para masajear los hombros colocaremos las manos sobre ellos y realizaremos fricciones circulares y envolventes. Una vez eliminadas las tensiones de los hombros, enlazaremos este mismo movimiento con los brazos y bajaremos suavemente hasta llegar a las manos.
Coloca las manos sobre los hombros, moviéndolas en cada movimiento desde la parte externa de los hombros hacia el cuello, para abarcar así toda la anchura de la zona.
Puedes también llevar los dedos de atrás hacia delante una vez finalizados los movimientos circulares que se explican en el texo, y completar así el masaje de los hombros.
En lugar de hacer el masaje con ambas manos, puedes optar por hacerlo solamente con una a la vez.
En este caso, lleva siempre a cada hombro la mano del brazo contrario, y repite los mismos movimientos que hemos explicado anteriormente.
Sobre la mano realizaremos movimientos envolventes alrededor de toda la mano, y al llegar a los dedos haremos un pequeño estiramiento sobre cada uno de los dedos.
Cabeza, Cuello y Cara
Sobre el cuello presionaremos, amasaremos y friccionaremos aquellos puntos dolorosos que notemos con más tensión, para pasar más tarde a la cabeza.
Sobre la cabeza realizaremos una ligera presión con las yemas de los dedos sobre el cuero cabelludo, con movimientos circulares y terminaremos con el mismo movimiento circular sobre las sienes.
Es importante tener la atención en la zona a masajear y permitirse escuchar todas las sensaciones que el cuerpo va sintiendo.
Después del auto-masaje, si se realiza a última hora del día, es bueno tumbarse unos minutos haciendo respiraciones para integrar suavemente la experiencia corporal.
Durante el auto-masaje conviene mantener armónico el espacio donde se realiza, teléfono descolgado, habitación ventilada, luz tenue, etc.
Si esto no fuese posible, no importa, en última instancia cualquier lugar y cualquier momento está bien para cuidarse un rato.
Periódicamente es aconsejable ir a un masajista profesional, que de un masaje a tu espalda, que es la parte del cuerpo más musculosa, la que soporta el peso del cuerpo, donde se acumulan las tensiones, el cansancio, los dolores, que se manifiestan normalmente en forma de dolorosas contracturas.