Beneficios de los masajes.
El ser humano, a lo largo de los tiempos, ha ido privándose y distanciándose, y de una manera un tanto extraña, del arte curativo del tacto.
Muchas veces somos capaces de acariciar al perro, gato o caballo de un amigo antes que a él. Esta timidez adquirida no nos permite reflejar nuestros impulsos naturales.
Por intuición, si hace frío nos frotamos, si nos duele algo nos tocamos con las manos y desde que somos pequeños lo cogemos todo con ellas, comportamientos que lamentablemente vamos perdiendo con el tiempo.
El tacto nos da tranquilidad, calor, confort, placer y nos evita la soledad.
Practicarlo es una dosis de cal ante la vida arenosa que llevamos los adultos.
El masaje activa nuestras propias fuerzas internas, ayudándonos a la autocuración y a recuperar la vitalidad perdida.
El masaje, en definitiva, se percibe íntegramente en el ser.
No ofrezcas resistencia al tacto y se abrirá ante ti un mundo lleno de nuevas sensaciones positivas.
Piérdete en él: merece la pena.
Efectos del masaje en nuestro cuerpo
El masaje te relaja, aumenta tu energía y rendimiento, o recuperarte de una lesión, pero siempre persigue un objetivo común: poner a punto tu cuerpo y tu mente.
Los masajes no tienen fronteras para disfrutar de todo un mundo de beneficios y sensaciones.
Efectos en el sistema circulatorio:
El roce de las manos contra la piel produce un calentamiento de esta, dilatando los vasos y favoreciendo la circulación. Con esto conseguimos renovar él oxigeno y los nutrientes de la sangre.
Efectos en el Sistema nervioso:
La piel transmite estímulos al cerebro y a la medula espinal.
Estos producen una sensación de bienestar que calman el estrés y a la vez relajan nuestros músculos y ejercen una influencia favorable sobre los órganos de nuestro cuerpo.
Según la presión y velocidad de las técnicas de masaje efectuadas, podemos o estimular ciertas terminaciones nerviosas.
Efectos sobre la piel:
Con el masaje se consigue un incremento de la circulación sanguínea, lo que favorece la eliminación de células muertas de la piel, tonificándola y favoreciendo su renovación.
Mediante el aceite empleado, hidratamos la piel, dotándola de una mayor elasticidad y tersura.
Efectos sobre los músculos:
Con el incremento de la circulación sanguínea, los músculos oxigenan rápidamente. Conseguimos un mejor tono muscular y relajación en los mismos.
Si recibimos un masaje antes de realizar algún ejercicio, este debería aplicarse con movimientos firmes y rápidos, así calentamos el músculo y lo dotamos de oxigeno y nutrientes, evitando lesiones musculares durante el entrenamiento.
Si se efectúa después del ejercicio, los movimientos deben ser más lentos, para que a la vez que volvemos a calentar el músculo y renovar su sangre, consigamos un efecto relajante sobre el sistema nervioso y sobre los propios músculos.
Efectos sobre el sistema digestivo:
El estrés causa efectos negativos sobre el sistema digestivo, pudiendo causar estreñimiento, flatulencias…
En muchas ocasiones cuando sufrimos dolencias estomacales, para aliviar el dolor, adoptamos inconscientemente malas posturas cuando trabajamos o descansamos.
Estas malas posturas llegan a causar dolores de espalda e incluso otras partes de nuestro cuerpo.
Como ya hemos dicho, el masaje consigue aliviar el estrés y la ansiedad, y con ello aliviar al sistema digestivo así como todo nuestro cuerpo.