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Beneficios de los masajes.

El ser humano, a lo largo de los tiempos, ha ido privándose y distanciándose, y de una manera un tanto extraña, del arte curativo del tacto.

Muchas veces somos capaces de acariciar al perro, gato o caballo de un amigo antes que a él. Esta timidez adquirida no nos permite reflejar nuestros impulsos naturales.

Por intuición, si hace frío nos frotamos, si nos duele algo nos tocamos con las manos y desde que somos pequeños lo cogemos todo con ellas, comportamientos que lamentablemente vamos perdiendo con el tiempo.

El tacto nos da tranquilidad, calor, confort, placer y nos evita la soledad.

Practicarlo es una dosis de cal ante la vida arenosa que llevamos los adultos.

El masaje activa nuestras propias fuerzas internas, ayudándonos a la autocuración y a recuperar la vitalidad perdida.

El masaje, en definitiva, se percibe íntegramente en el ser.

No ofrezcas resistencia al tacto y se abrirá ante ti un mundo lleno de nuevas sensaciones positivas.

Piérdete en él: merece la pena.

Lorenzoarroyo-osteopatia-B

Efectos del masaje en nuestro cuerpo

El masaje te relaja, aumenta tu energía y rendimiento, o recuperarte de una lesión, pero siempre persigue un objetivo común: poner a punto tu cuerpo y tu mente.

Los masajes no tienen fronteras para disfrutar de todo un mundo de beneficios y sensaciones.

Efectos en el sistema circulatorio:

El roce de las manos contra la piel produce un calentamiento de esta, dilatando los vasos y favoreciendo la circulación. Con esto conseguimos renovar él oxigeno y los nutrientes de la sangre.

Efectos en el Sistema nervioso:

La piel transmite estímulos al cerebro y a la medula espinal.

Estos producen una sensación de bienestar que calman el estrés y a la vez relajan nuestros músculos y ejercen una influencia favorable sobre los órganos de nuestro cuerpo.

Según la presión y velocidad de las técnicas de masaje efectuadas, podemos o estimular ciertas terminaciones nerviosas.

Efectos sobre la piel:

Con el masaje se consigue un incremento de la circulación sanguínea, lo que favorece la eliminación de células muertas de la piel, tonificándola y favoreciendo su renovación.

Mediante el aceite empleado, hidratamos la piel, dotándola de una mayor elasticidad y tersura.

Efectos sobre los músculos:

Con el incremento de la circulación sanguínea, los músculos oxigenan rápidamente. Conseguimos un mejor tono muscular y relajación en los mismos.

Si recibimos un masaje antes de realizar algún ejercicio, este debería aplicarse con movimientos firmes y rápidos, así calentamos el músculo y lo dotamos de oxigeno y nutrientes, evitando lesiones musculares durante el entrenamiento.

Si se efectúa después del ejercicio, los movimientos deben ser más lentos, para que a la vez que volvemos a calentar el músculo y renovar su sangre, consigamos un efecto relajante sobre el sistema nervioso y sobre los propios músculos.

Efectos sobre el sistema digestivo:

El estrés causa efectos negativos sobre el sistema digestivo, pudiendo causar estreñimiento, flatulencias…

En muchas ocasiones cuando sufrimos dolencias estomacales, para aliviar el dolor, adoptamos inconscientemente malas posturas cuando trabajamos o descansamos.

Estas malas posturas llegan a causar dolores de espalda e incluso otras partes de nuestro cuerpo.

Como ya hemos dicho, el masaje consigue aliviar el estrés y la ansiedad, y con ello aliviar al sistema digestivo así como todo nuestro cuerpo.

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