Reflexología o Reflexoterapia Podal.
Reflexología Podal.
Existen zonas reflejas en los pies que representan con total fidelidad las distintas partes de nuestro organismo, de modo que la manipulación mediante presión sobre estas zonas repercute directa y positivamente sobre dichas partes de nuestro cuerpo.
Esta técnica, conocida desde tiempos inmemoriales, fue redescubierta en el siglo XIX por el doctor William H. Fitzgerald, médico otorrinolaringólogo del Hospital St. Francis (Hartford-Connecticut), quien desarrolló y aplicó esta técnica con rigurosidad científica.
A diferencia de otras técnicas manuales, la reflexoterapia podal tiene su origen en Occidente.
Mediante la reflexoterapia podal se actúa sobre todo el sistema nervioso, sistema que nos relaciona con las diferentes estructuras de nuestro cuerpo, y permite actuar de manera refleja sobre órganos, vísceras, músculos, huesos y articulaciones.
En los pies se tiene un reflejo completo de la persona y desde ellos, el profesional que aplica esta técnica capta las señales y pistas que le advierten de que un desequilibrio está teniendo lugar en el organismo, tanto a nivel físico como emocional y mental. La actuación sobre estas zonas reflejas ayuda activamente en el proceso de recuperación de las dolencias y/o desequilibrios
Es una terapia complementaria, que consiste en atenuar o activar las funciones de nuestro organismo, por medio de la aplicación de presiones digitales en unos puntos concretos.
Las zonas reflejas más comunes sobre las que se aplica, son los pies, las manos, las orejas y la nariz.
El iris (iridiología) es también una zona refleja, sin embargo su observación no nos sirve como terapia, sino como diagnóstico, mientras a través de todas las demás, podemos practicar ambas cosas.
Puede ayudarnos a restablecer la salud, sin interferir en otras terapias o tratamientos.
En la interconexión existente entre los órganos internos y las extremidades (zonas reflejas). Relacionados entre sí, por medio del sistema nerviosos y los meridianos energéticos.
Así, una vez detectada la alteración del organismo, se estimula, bien sea con una presión o un ligero masaje, la zona correspondiente, hasta disolver el bloqueo que causó el desequilibrio o enfermedad.
Las pruebas más antiguas que se conocen sobre esta práctica, proceden del antiguo Egipto. Se han hallado pinturas de esta técnica en la pared de la tumba de Ankmahor, en Skkarah, conocida como la tumba de los médicos, alrededor del año 2330 a. C.
Aunque en Europa, los primeros escritos sobre reflexología, datan del siglo XVI.
Más cercano a nosotros, el Doctor Fitzgerald (Médico de EE.UU.), y la doctora Eunice Ingham entre otros, han realizado investigaciones y publicado numerosos libros sobre el tema.